Cuando era niño, de uno 12 años más o menos, estaba asomándome a la calle desde la puerta de mi casa, eran como las 7 de la tarde, apenas se estaba oscureciendo, yo estaba viendo para ver si había alguno de los niños vecinos para jugar o platicar un rato, no había nadie, en eso estaba cuando frente a la casa veo pasar a mi papá con su vochito color beige, era un color raro y en el pueblo nunca vi otro escarabajo igual, lo vi pasar despacio frente a la puerta de izquierda a derecha, él, con una sonrisita burlona me estaba viendo fijamente sin despegar las manos del volante mientras pasaba frente a mí.
Lo raro es que mi papá no iba solo, lo acompañaba una señora que no era mi mamá, en el asiento de atrás iban otros dos niños que no eran ni yo, ¡obvio!, ni mi hermana, pero todos me miraban fijamente mientras pasaban, el carro pasó a vuelta de rueda, así que los pude ver muy claramente, llegaron a la esquina de la calle, yo vivía en una casa a media cuadra, cuando todo desconcertado y enojado pensando que mi papá tenía otra familia miré que dieron vuelta a mano izquierda en la esquina y para mi sorpresa, al girar la cabeza para meterme a la casa veo el mismo carro que acaba de dar vuelta de la esquina que está a mi espalda, es decir, otra vez por la esquina a la izquierda de la casa, como si al desaparecer el auto hubiera dado la vuelta a la manzana instantáneamente para aparecer de nuevo.
Esperé hasta que se estacionó el vochito frente a la casa y descendió mi padre, le platiqué lo que acababa de pasar y solo me dio una palmadita en la cabeza diciéndome, ¡qué gran imaginación tienes!, estoy seguro de lo que vi y sin embargo nunca pude explicarme que fue lo que pasó realmente.
Vaya, un suceso muy extraño.